28.3.13

Hogar, dulce hogar


La ciudad te sorprende, te mira profundamente a los ojos mientras caminas por sus calles. 

Apuestas a que encontrarás paz entre sus ya conocidas luces y adoquines, y avanzas con seguridad, haciendo repiquetear tus zapatos contra los colorines que proyecta el ocaso.

Sin embargo, cuando la partida parece ya ganada, una nostalgia repentina se abre paso hacia tu pecho, susurrándote al oído ecos de aquello que ya viviste.

Sin saber por qué, poco a poco, se van derramando pedazos de tu corazón por las aceras.

1 comentario: